miércoles, 15 de enero de 2014

CEREMONIAL DEL TE EN JAPÓN Y SUS UTENSILIOS.


 TOQUE GOURMET
Publicación: MIERCOLES 15 de  Enero, 2014
Colaboradora EM: LILIANA MOAR  - Argentina
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Antecedentes


Japón es un país muy ceremonioso para muchas de sus tradiciones. Entre ellas podemos encontrar la ceremonia del té, que en japonés recibe el nombre de "chanoyu".

Aunque siempre que se habla del té, nos viene a la memoria el típico té inglés, y su famosa hora de las cinco de la tarde para tomarlo, en Japón la ceremonia del té es una costumbre social muy extendida. Esta ceremonia lleva una estética muy particular que la hace diferente de cualquier otra, e incluso en el propio Japón, dependiendo de la zona donde estemos, podemos encontrarnos con diferencias a la hora de participar en esta ceremonia.

Las variedades de té que se conocen son muchas, pero la más utilizada en el Japón es el té verde en polvo (conocido como "matcha"). Es un té de gran poder refrescante, que nos da una infusión de color jade, de sabor suave y con un cierto poder astringente.

Un poco de historia

Históricamente Japón introduce el té alrededor del Siglo VIII, procedente de China, donde era consumido allá por los años 25 a 220, principalmente, por la Dinastía China 

Han, que convirtió a China en un estado confuciano. Pero también prosperó y consiguió grandes logros intelectuales, artísticos y literarios.

Como toda ceremonia, con el paso del tiempo sufre variaciones y es a finales del Siglo XV, cuando un gran conocedor de la ceremonia del té llamado Murata Juko, modifica las normas del "chanoyu" tradicional tratando de ofrecer una ceremonia más sensible acorde al carácter japonés y con cierta influencia del Budismo Zen. Este nuevo ritual era conocido como "wabicha", y era una "simplificación" de la anteriormente tradicional ceremonia "chanoyu". El "wabicha" trataba de ser una ceremonia sencilla pero a la vez cargada de contenido espiritual.

El "chanoyu", es el símbolo del esfuerzo instintivo de los japoneses por conseguir el reconocimiento de la verdadera belleza, que reside en la sencillez y la simplicidad. El auténtico espíritu del "chanoyu" se podría resumir con términos como calma, naturalidad o gracia o con la frase: "esteticismo de austera simplicidad y refinada pobreza".

En la vida de los japoneses la ceremonia del "chanoyu" ha desempeñado un papel muy importante ya que, por sus características estéticas, implica la apreciación del recinto en que se celebra, del jardín adyacente al mismo, de los utensilios con que se prepara y se sirve el té y de la decoración, que consiste en una estampa colgada de la pared y un chabana o motivo floral especialmente concebido para esta ceremonia.

La ceremonia del té sirve como base para una buena educación. Es práctica común entre jóvenes el recibir lecciones en este arte antes de casarse, con el fin de cultivar el estilo refinado y la gracia de movimientos propios del mismo.

Las diferencias entre las diversas escuelas residen en los detalles de las ceremonias, pero todas ellas conservan la esencia y el espíritu de las normas instituidas por el maestro. Al igual que ocurre en cualquier ámbito de la sociedad japonesa, el respeto por los mayores es un hecho incuestionable. La esencia del respeto, que se ha transmitido de padres a hijos hasta hoy y,  uno de los elementos comunes es el respeto a la figura del fundador.

Elementos indispensables para la ceremonia del té:



1) La sukiya o casa de té.
Aunque la ceremonia del té se puede celebrar en casa, es costumbre llevarla a cabo en una casa especialmente dedicada a ello, que recibe el nombre de sukiya. Consiste en una sala de ceremonias, propiamente dicha (cha-shitsu), una sala para los preparativos (mizu-ya) una sala de espera (yoritsuki) y un camino de acceso (roji) flanqueado por un jardín, que acaba en la puerta de la casa de té. Dicho edificio suele estar situado en una zona arbolada.

2) Utensilios.
Los utensilios son el cha-wan (tetera), el cha-ire (recipiente para el té), el cha-sen (agitador especial de bambú) y la cha-shaku (cucharón de servir, de bambú). Estos utensilios suelen ser valiosos objetos artísticos, y muchos de ellos suelen pasar de generación en generación.

3) Ropas y ornamentos.
En cuanto al vestuario, es preferible elegir los colores poco llamativos. Cuando se trata de ceremonias formales, los hombres llevan kimonos de seda de colores lisos, con los blasones de la familia y los tradicionales tabi (calcetines) blancos. Los invitados deben traer un pequeño abánico plegable y unas cuantas kaishi (servilletas de papel pequeñas), cada uno.

¡Nos reencontramos la semana!
 por Liliana Moar, Especialista en Te



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